Este es nuestro homenaje para el día internacional de la mujer trabajadora.
Conocer, conocer los cuerpos femeninos y su contacto con la tierra y la naturaleza.
Comentario sobre el libro de Silvia Federici, Par-delà les frontières du corps, Repenser, refaire et revendiquer le corps dans le capitalisme tardif, Éditions Divergences, 2020. El texto que sigue es una síntesis traducida de la reseña sobre el libro mencionado hecha por Cléo Salion-Girault , 8 mars. 2021. La vie des idées. Descargar el artículo
Silvia Federici, de origen italiano, que vive en Estados Unidos y ha trabajado con el colectivo de mujeres bolivianas “Mujeres Creando Comunidad” publicó hace algunos años un libro. Caliban y la bruja, que fue un hito en el estudio de las relaciones entre el capitalismo, la mecanización de cuerpo de las mujeres y su uso como fuerza reproductiva en el momento de la transición de los sistemas feudales al capitalismo. En esa obra pionera mostró que el uso de la mujer no se trataba de algo accesorio, sino fundante y que la persecusión y quema presuntas brujas tenía como objetivo quitar el conocimiento a las mujeres para reducirlas a herramientas de reproducción y cuidado. Ahora publica una continuación en esta obra: Beyond the Periphery of the Skin: Rethinking, Remaking, and Reclaiming the Body in Contemporary Capitalism, fuetraducido al francés, y hasta lo que sabemos no traducido todavía al español, es una continuación, ampliación y propuesta del anterior.
La síntesis es la reapropiación del cuerpo de la mujer como fundamento de autodeterminación. Esta teoría del cuerpo se nutre también de ecofeminismo, reclamando el poder de la mujeres a través de la revalorización del lazo entre el cuerpo y la naturaleza, porque las mujeres son cuerpos vivos antes de transformarse en máquinas de reproducción. Federici propone comprender el cuerpo de la mujer como una terreno político, requiere trabajo de conocimiento para la desconstrucción de proceso de mecanización del cuerpo femenino. Aquí toma como herencia el trabajo de las mujeres bolivianas que reclaman una identidad política específica uniendo los concepto de cuerpo-territorio y cuerpo-tierra.
Incluso propone, tomando la experiencia de pueblos originarios, la apropiación del cuerpo por articulaciones con la danza, el relato oral, las producciones artísticas y musicales, una transformación “performativa” del cuerpo.
Federici explora sobre cómo la transformación de las mujeres pasa por la reapropiación corporal, no egoísta, revalorizando la organización y redistribución del conocimiento para que todas tengan un acceso equitativo que evite las derivas individualistas como la exhacerbación de la cirugía estética y garantice la autodeterminación en las prácticas médicas.
Propone incluso un perspectiva ética del cuidado, que fue siempre la explotación no pagada de las mujeres, orientándolo a prácticas colectivas de cuidado.
Hace notar como el discurso científico después de haber buscado controlar el cuerpo femenino a la vez lo abandona, dando centralidad a las prácticas masculinas.
También desnuda otras prácticas sobre las que hay un conocimiento distorsionado, muestra que el caso de la gestación por terceras personas (GPA) en Estados Unidos representa una externalización de la procreación determinada por lógicas racistas y clasistas en gran número de casos familias blancas con dinero.
La última reflexión es muy interesante porque habla de la tristeza en la militancia femenina porque muchas veces el combate político al cargarse sobre los cuerpos sobrecarga a las mujeres que terminan con un sentimiento de responsabilidad individual excesiva. Llama entonces a una militancia con alegría, relacionada con la totalidad natural.